domingo, 31 de diciembre de 2006

Antojos Tapatíos 2

Estoy de regreso en Guanatosville para festejar el fin de año con mi familia y sigo redescubriendo la fastfood jalisciense. Para empezar, he de decir que mi alma ya se encuentra en paz tras haber comido un lonche de pierna en el mercado de Santa Tere. También me comí un biónico (fruta en rodajas con leche condensada y cereales) y unos salchipulpos que no son otra cosa que salchicas de cocktail fritas cortadas en forma de cruz que asemejan tentáculos bañadas en catsup y mostaza.
Pero he de destacar que entre las cosas que me parecen increíbles son el encontrar por lo menos en cada calle una tostadería o algún puesto de tortas ahogadas.

En las primeras, lo que venden son las clásicas tostadas de cueritos o de pata de cerdo, pero también las hay de ceviche de pescado (magníficas, por cierto); y a diferencia de lo que se acostumbra en el centro del país, aquí no hay ni de tinga ni de cochinita pibil. Y fue precisamente en la búsqueda de ese tipo de antojito que me encontré con otro lugar que llamó mi atención en sobremanera: La Taberna de Moe.
Este establecimiento, también ubicado a pocas cuadras de casa, ha cobrado relevancia en últimas fechas debido a que, no sólo se llama de forma semejante al pub que aparece en la teleserie de The Simpsons, sino que además elaboraban y comercializaban la cerveza Duff misma que tambiénaparece en el citado dibujo animado. Me di una vuelta por el local (una vieja casona) y la verdad quedé maravillado por la decoración Simpson alike, así como por su mesa de billar. Quizá lo que les faltaría es vender "llamaradas Moe".

Otro de los lugares a los que me gusta ir a comer en Guadalajara, es El Pollo Giro (Av. Manuel Ávila Camacho, en los límites de Gudalajara y Zapopan). Este local vende desde hace quien sabe cuantos años pollo rostizado estilo sinaloense acompañado de tortillas de maíz hechas a mano y una salsa martajada de jitomate, cebolla y chiles verdes picosísima, pero genial. Extraoficialmente se ha vuelto el punto de reunión de los distintos clanes Núñez para la comida dominical.

Mi visita a Guadalajara no habría estado completa sin ir a comerme una hamburguesa a las afueras de la Escuela Normal de Maestros. ¿Qué tiene de especial comer una hamburguesa en un puesto ambulante?, se preguntará el respetable. Pues bien... mmmm (Cfr. cara de travesura realizada) sólo diré que son de aproximadamente 20 cm de diámetro y que uno las prepara a su gusto ¿necesito decir más?

domingo, 24 de diciembre de 2006

Antojos Tapatíos

Cuando era niño, dado que gran parte de mi parentela vive en la ciudad de Guadalajara, mis visitas a la Perla Tapatía eran no sólo habituales, sino que las consideraba particularmente largas al punto de verlas como una suerte de exilio, donde llegaba hasta a contar los días para poder regresar a Chilangolandia con una ansiedad casi comparable a la de los balceros cubanos que se lanzan hacia la Florida.
Con la primera juventud (léase antes de llegar a los 20's) pasó lo opuesto; aprovechaba cualquier ocasión para irme a la gloriosa ciudad de Guanatos y pasar allí el mayor tiempo posible acompañado de mis primos —los que son mis contemporáneos en edad, debo precisar— (Veros, Dulce y Jos), así como de los amigos que había hecho por allá; sin embargo, tras la muerte de mi abuelita materna, muchas cosas cambiaron y esa añorable etapa llegó a su fin.

Hoy que estoy a un par de años de llegar a la numeralia de los "tas", y que por razones de trabajo no puedo gozar de vacaciones en fin de año, el poder escaparme a la ciudad en cuestión, aunque sea por una noche, es algo invaluable. Si yo fuese un poeta, haría una oda o al menos una prosa de mi ciudad natal, pero como no lo soy, me concretaré en narrarles y describirles un poco de lo vivido:

Quizá sea por la nostalgia o por alguna de las misteriosas "profundidades del pan tostado" —léase no tengo ni la más remota idea del por qué— pero en esta visita he gozado de los pequeños detalles como el caminar por las calles con mosaicos multicolores, aspirar la dulce fragancia de los árboles de naranja o guarecerme en la sombra de los inmensos ficus.

Así como de ir a aquella iglesia en la que fui presentado de bebé —¡¡¡a pie!!!— puesto que está en la misma calle en la que vivo, o lo mejor de todo, desayunar en casa de mi tía Noemí sus maravillosos huevos con salsa y frijoles acompañados de un birote.

Hoy por la tarde que llegué, una vez que literalmente arrojé mi maleta a la recámara, bajé presuroso las escaleras de la casa de mis abuelos para dirigirme al mercado de Santa Tere para buscar satisfacer algunos de mis antojos.

Primeramente llegué al local de "las titas" a pedir un jugo de lima... simplemente exquisito... fue como recuperar parte de mi espíritu. Además debo comentar que entre las propiedades de dicha bebida se encuentran no sólo el vasto recurso de la vitamina "C", sino que además es excelente como desintoxicante de los intestinos; mejor que el Yakult... ¡ehhh!.

Después me dirigí a uno de los negocios aledaños para ordenar un "lonche de pierna", pero debido a la hora (4:30 P.M.) eso fue imposible, por lo que decidí salir a caminar por entre los cientos de lonas y ambulantes que pululan en el àrea y fue entonces que me encontré con un señor que vendía tejuino con nieve.

Ésta es una refrescante bebida de origen huichol que consiste de maíz sancochado, piloncillo, sal de grano, limón, y como ingrediente extra se le añade una enorme bola de nieve de limón. Es poco agradable a la vista sin duda, pero una vez que se prueba, el sabor es cautivante y no hay nada mejor para tomar en una tarde soleada.

Caminando ya de camino a casa de mi tía me encontré con la famosa birriería de Santa Tere, un restaurante-museo de las Chivas rayadas... el olor de la birria de chivo me hizo salivar pero tuve que resistir la tentación. Seguí caminando y me encontré con dos tostaderías cuyas especialidades son las tostadas de pata de cerdo y las de cueritos. Este par de especialidades no figuran de entre mis favoritas, pero conozco a algunos que el sólo mencionarlas les provoca singular alegría.

Finalmente, no podrìan faltar los numerosos puestos de tortas ahogadas... Mañana será el día de degustarlas...

sábado, 16 de diciembre de 2006

La cocina coreana vs. Josef

Me encanta la comida. Desde niño, mi papá nos enseño (a mi hermana y a mi) que debíamos aprender a comer de todo por varias razones: en primer lugar para que en caso de que estuviéramos en casa de algún amigo o conocido, y nos quedáramos a compartir los alimentos con ellos, no causáramos alguna vergüenza con declaraciones como: "guácala" (eew!, for the english spokens), o "es que no me gusta esto, señor(a)", etc... you've got the main idea.

Cuando practicaba Tae-Kwon-Do, por ahí de 1987, le pedí a mis padres que de cumpleaños me llevaran a comer a un restaurante de comida coreana, por aquello de conocer más acerca del arte marcial que estaba estudiando y porque los Juegos Olímpicos serían en la capital de ese país al año siguiente.

Llegó la fecha de mi onomástico y fuimos al que en ese entonces era el único restaurante de la especialidad en la ciudad de México. Se llamaba el "Pabellón Coreano" y estaba ubicado en la Zona Rosa (Estocolmo #16, entre las calles de Hamburgo y Paseo de la Reforma).

De ese primer encuentro con la gastronomía del país de la Calma Matinal, recuerdo que en la mesa había al centro una parrilla semejante a las de los restaurantes que preparan tepanyaki (cocina japonesa), que lo que nos sugirieron para comer lo traían en unos frascos de conserva que, en palabras de mi querida hermana, "olían a podrido" (en realidad estaban fermentados). Éstos se ponían en la plancha para asar y se llevaban a un plato con una salsa extremadamente picosa y con un predominante sabor a ajo.

Para no hacer el cuento largo, ese día termine comiendo verduras rayadas, y nunca más hemos vuelto a degustar este particular estilo de cocina... Hasta ayer.

Imaginen la escena:

Viernes de quincena, filas interminables en todos los bancos. Sí, en todos los bancos de la Zona Rosa; miles de usuarios que iban a cambiar cheques, pagar servicios y tarjetas, cambiar divisas, et all... 16:30 horas y sin nada en el estómago desde el desayuno de las 06:00 horas. El buen Josef tiene ¡mucha! hambre.

Una vez que ha salido del pandemonium bancario va caminando sobre la calle de Amberes pensando en las "profundidades del pan tostado" y "la inmortalidad del cangrejo" (es decir, en nada en particular), cuando de pronto un súbito olor lo devuelve al plano material de la existencia mediante el arco reflejo del reclamante estómago.

Su reacción inmediata fue dirigir el agudo sentido del olfato cual sabueso hacia el origen de aquella placentera escencia. A unos cuantos pasos de distancia aparece un anuncio que dice: "Restaurante Cheang Ki y Ya. Comida Coreana, Oriental y Sushi. Buffet $79 pesos".

Las tripas gruñen con creciente intensidad así que eflexiona por un momento considerando la experiencia anterior y concluye que si de nueva cuenta no le convence lo que va a comer, podrá acabar degustando sushi o fideos largos sin problemas.

El lugar era angosto, con decoración casi inexistente. Las paredes con tirol en color blanco. El restaurante está dividido en tres secciones, las que están junto a la recepción asemejan gabinetes como los que existían en aquellos viejos cafés de chinos del centro histórico con sus sillones de piel y sus paneles de madera. No había nadie en aquella zona.

La segunda sección, la cual se encontraba casi vacía, tenía una docena de mesas de tamaño pequeño, cuadradas. Con vista a la calle se encontraban las mesas del buffett, una para platillos calientes; y otra para los fríos donde se encontraban los rollos de sushi, las ensaladas y los postres. Finalmente la tercera sección se encontraba al fondo del restaurante, zona en la que se encontraban sentados únicamente miembros de la creciente comunidad coreana de la ciudad. Cabe destacar que lo único que separaba la ambas secciones era un biombo retractil.

Los meseros (3, hasta donde pude identificar), mexicanos todos, sin la más mínima preparación para atender a los comensales. Jamás me recibieron al entra al local, y ya no digamos me dirigieron hacia donde sentarme.

Ya instalado en la mesa y una vez que pedí un refesco de cola (no tenían ninguna clase de té), sugerí me mostraran la carta para que así me recomendaran algún platillo. Su respuesta: arrojaron la Carte de Menu a la mesa con un "permítame" como justificación, tan sólo para atender servilmente a un par de jovencitas del país extranjero en cuestión quienes en ese preciso instante habían pedido su cuenta.

Dado que el mesero en cuestión desapareció (no regresó a tomarme la orden), me puse de pie para dirigirme a la mesa del buffet. Los platillos olían bien, pero no había ninguna descripción de lo que había en cada una de las charolas.

Tome un plato, me serví un poco de cada platillo de la mesa de las especialidades, tomé un juego de palillos (chop sticks) y me dirigí de regreso a mi mesa. Di el primer bocado a un trozo de arroz. Instantáneamente vino a mi mente el emblemático recuerdo del sabor a fermentado. Probé entonces unos cebollines (nabules), estaban salados, pero eran preferibles al arroz.

Seguí con unos rollos primavera versión miniatura, los cuales estaban crocantes, cual debe ser; carne de res en salsa de soya y chiles, picosa, pero de sabor agradable; Y un poco de carne en salsa agridulce, pero al darme cuenta que la vianda era era en realidad cerdo, la dejé. Me dirigí nuevamente a la mesa del buffet para coger otro plato y servirme sushi. Tristemente ya no había, los 4 o 5 mexicanos que estabamos ahí al parecer habíamos coincidido en pensamiento, así que terminé, nuevamente, comiendo verduras, en este caso, ensalada de lechuga con pepino y jitomate.

Tras probar unas fresas con crema como postre, pedí la cuenta en tres ocasiones. Pasaron cerca de 10 minutos (con el restaurante casi vacío, debo enfatizar) antes de que ésta llegara. Puse el dinero correspondiente y como no pasaban a recogerlo, sin más, salí del lugar.

Así que van dos experiencias negativas con la cocina de uno de los más bellos y emblemáticos países del mundo. Pero hay que decir que los dueños, coreanos por supuesto, de este restaurante deben escoger mejor al personal que trabaje para ellos.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

God Only Knows (+Love Actually)

Siguiendo con el tema del filme Love Actually, en la última escena del mismo, tocan como música de fondo una canción que se llama God only knows, quizá la única canción de los Beach Boys que realmente me gusta. Es una tonada simple, pero directa... un rolón:

I may not always love you
But long as there are stars above you
You never need to doubt it
Ill make you so sure about it.
God only knows what Id be without you.

If you should ever leave me
Though life would still go on believe me
The world could show nothing to meSo what good would living do me.
//God only knows what Id be without you//.

If you should ever leave me
Well life would still go on believe me
The world could show nothing to me
So what good would living do me.

////// God only knows what Id be without you
God only knows what Id be without you
God only knows ///////.

Pues bien, el domingo pasado decidí adelantarme mi regalo de Navidad, así que me autoregalé el DVD: Jamie Cullum, Live at the Blenheim Palace. El concierto es simplemente sorprendente y altamente recomendable.

Entre sus extras se encuentran los videos de All at Sea (atención, Juliux), Photograph y These are the Days; asimismo, intercalado en el concierto aparecen algunas pequeñas entrevistas y declaraciones del cantante desde algunos de los multiples puntos del mundo en los que ha ofrecido conciertos.

Pero lo mejor de todo es que uno de los temas que canta en el concierto el enfant terrible du Jazz es precisamente....

Sí, God Only knows, mismo que interpreta magistralmente, en una versión que por razones obvias recuerda a sus intérpretes originales, pero que, acompañado de un cuarteto de violinistas, Cullum le da ese sello tan peculiar que tiene de fusión entre el pop y el jazz. Sin más, les invito a disfrutarlo. Tan sólo den click en la imagen que aparece a continuación.

jueves, 16 de noviembre de 2006

Birthday weekend

Con motivo del natalicio de un servidor, me permito extenderles la más cordial invitación para los eventos a festejarse este fin de semana.

Viernes 17 de Noviembre.


Evento
: Cena y película El Extraño Mundo de Jack 3D
Lugar: Cinemex Mundo E
Hora: 21:20 horas*
Cita: 19:30 horas*
Organiza: El colega Morgé.

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Sábado 18 de Noviembre.

Evento: película Los Infiltrados.
Lugar: cualquier Cinemex**
Hora: Por determinar, después de las 3 de la tarde**
Organiza: yo mero.
Nota: un servidor y uno de sus acompañantes no pagarán entrada ni las palomitas ni el refresco, cortesía del Cine. Pero nos podemos hacer "coperacha" entre todos los asistentes, favor de confirmarme su asistencia vía mensaje SMS a mi celular.

Evento: Concierto con covers de The Beatles
Lugar:Liverpool Pub Saloon (ver imagen).
Hora: 20:00 horas

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Domingo 19 de Noviembre.

Evento: Comida
Lugar: sorpresa para el festejado
Hora: después de las 14:45 horas
Organizan: Marco y Yaya
Nota: la salida para la comida será afuera de PIB Satélite.

miércoles, 27 de septiembre de 2006

La Mac del futuro

Navegando por diversos blogs, me encontré uno que invirtió verdaderamente mi atención: isopixel, tanto por su diseño, como por su contenido. Quien escribe esta bitacora es, por supuesto, maquero --Mac user, for the non-initiateds--

Hurgango por sus archivos me encontré que tiene una categoría para todos aquellos posts acerca de la compañía Apple (faltaba más); y entre éstos me encontré uno que literalmente me dejó boquiabierto.

Seguí buscando y dí con el sitio original. Sólo chequen esta imagen de como conceptualiza Adam Benton la i-Mac del futuro (da click sobre la imagen para verla más grande).


I'm speechless!!!

Now you can see the advantages of Thinking Different: True Creativity.

jueves, 3 de agosto de 2006

Tromba

He de decir que siento algo de mea culpa.

Ayer, tras salir de mi trabajo, decidí ir a pagar mi tarjeta de crédito de una tienda departamental. Pero debido al bloqueo que hay en Paseo de la Reforma, decidí irme a pie. Y he de decir también que en mi recorrido me encontré con imagenes verdaderamente surrealistas.

Mientras caminaba sobre la calle de Madero me dije (huestes pro peje, por favor absténganse de hacer malinterpretaciones al siguiente comentario): "Ojalá cayera una buena ventisca para que se vayan". Sí, así es, me molesté, no lo negaré.

Cual sería mi sorpresa que en la noche, cuando Die Walküre regresó del cine, fue a despertarme para contarme todas las peripericas que tuvo que hacer para llegar en taxi a casa. "fue un despapaye, todo estaba anegado".

Sí, sentí compación por toda esa pobre gente de los estados que fue, la verdad sea dicha, ACARREADA a cambio de "$500 pesos y la promesa de conocer la ciudad"; también sentí compación por aquellos que de forma idealista, siguen a un hombre que está no sólo perdiendo su capital político de una forma tan rápida que entrará al record Guiness, sino la cordura y la razón.

¿Por qué se inundó la ciudad? Simple, porque no se ha invertido en una obra que nadie ve (a diferencia de los "segundos pisos"), el drenaje profundo, el cual es absolutamente indispensable.

Y si a eso se le suma que el gobierno perredista de la capital en esta época de lluvias en lugar de dedicarse a desasolvar tuberías está utilizando recursos públicos para hacer pagar las propagandas de su campaña "voto x voto", rentar camiones y para alimentar a los que acampan, estamós fritos... o mejor dicho: nos llueve sobre mojado.

domingo, 9 de julio de 2006

Vecinos Invasores

La nueva producción de la casa Dreamworks, Vecinos Invasores (Over the Hedge, 2006) apuesta por una historia simple, sencilla, situada en un bosque cualquiera y al mismo tiempo en los suburbios de cualquier ciudad norteamericana.

El personaje principal es RJ (ArYei') un mapache que hace honor a su especie, es decir, un carroñero, un "animalito del bosque" ambicioso que trata de conseguir cuanta comida pueda sin importar el estado en la que se encuentre ésta o su presentación, vaya, ni siquiera el si le pertenece aún a otros.

Tras cometer un grave error, el cual deberá enmendar en exactamente una semana, RJ se encuentra con otras criaturillas: una tortuga analítica y algo neurótica ―dicen que se parece a mi, no se por qué― (Verne); una ardilla hiperactiva mi personaje favorito del filme― (Hammy); una zorrillita con baja autoestima (Estela); Ozzie y Heather, un par de zarigüeyas con aspiraciones actorales; así como una familia de cinco puercos espines. Todos ellos acaban de terminar de hibernar y, por ende, se dan cuenta que tras los meses de dormir, el lugar en que habitan se ha visto reducido drásticamente con la construcción de un complejo habitacional, y por tanto, la posibilidad de alimentación también se ha visto mermada.

Bajo una premisa similar a la de "si la vida te da limones, haz limonada", AJ los convence de que superen sus temores naturales y crucen la línea que los separa de la zona habitada por los humanos, para que así puedan conseguir comida, y no sólo las sobras, sino todo lo que tengan disponible, incluida la señal de televisión satelital.

Este largometraje, inspirado en la tira cómica que se publica en Yahoo News, me hizo recordar aquellos geniales cartoons como El Pájaro Loco (Woody Woodpecker) y Chilly Willy, de Walter Lantz; o de la Pantera Rosa (The Pink Panther) de Henri Mancini, y David H. DePatie cuyas aventuras generalmente se centraban en la busqueda de la satisfacción más primaria: comer, y para que pudieran lograrlo, sucedían las más hilarantes y algunas veces crueles situaciones.

También hace un merecido homenaje a otra de las grandes joyas de la animación: los Looney Tunes y algunos de sus personajes como Pepe Le Pew y el mexicanísimo Speddy González.

La versión que vi junto con mis amigos fue en español (mexicano). Y como es habitual, nuestros actores encargados de la realización del doblaje, lo que sea de cada quien, siempre se han destacado por su profesional labor, y en esa ocasión, tampoco fue la excepción.

Lograron una adaptación ubicada en la realidad mexicana, aprovechando recursos como el chiste político: "vente para acá que ahora eres mi compadre precioso" o "este exterminador está prohibido en todos los demás estados... menos en Sinaloa"; la utilización de frases muy nuestras como chido, chafa, gacho, la neta, entre otras tantas que hacen de la película no sólo algo más disfrutable, sino amplia para el disfrute no sólo de los pequeños, sino también de los grandes.


Afortunadamente, como es la tendencia actual en los largometrajes de animación, no hay números musicales (afortunadamente). Las secuencias de acción... que puedo decir, si bien no son impecables como las que hace su competidora Pixar, si son bastante divertidas, y que digo divertidas... hilarantes. Reí peor que un niño (hasta tocía y pataleaba). Vaya, un sentido del humor muy simple, muy básico... el regreso a los fundamentos de la comedia del pastelazo para todas las edades con una moraleja de solidaridad a pesar de las diferencias.
¡No se la pierdan!

Ficha técnica:
Vecinos Invasores (Over the Hedge, 2006)
Dirección: Tim Johnson y Karey Kirkpatrick
Duración: 83 minutos.

miércoles, 31 de mayo de 2006

X-Men 3: La Batalla Final


Creo firmemente en aquel lema de antaño que dice: "El cine se ve mejor en el cine". Y es que cuando de largometrajes de franquicias de las que soy seguidor se trata, no puedo evitar el ir a comprar mi boleto para ver el mismo largometraje al menos dos o tres veces mas.

BREVIARIO: Las películas que más veces he visto en una sala cinematográfica:

1.- Star Wars: The Return of the Jedi (indeterminado).
2.- Harry Potter and the Goblet of Fire (6 veces)
3.- Star Wars: The Revenge of the Sith (5 veces)
4.- The Lord of the Rings: The Two Towers & The Return of the King / Spiderman 2 / X-Men 2 & 3 / You've got mail / Star Wars: The Phantom Menace & The Attack of the Clones (3 veces).

Pues bien, como comentaba en un post anterior, fui al pre-estreno de X-Men III: The Last Stand con mi amigo Manuel (a.k.a. Morge); mi amiga, consejera y gurú intelectual de las Ciencias de la Comunicación, la doctora Cecilia; su sobrino; y finalmente, porque fue la última en llegar, la omnisciente Katyana.

Tras encontrarnos en un restaurante ubicado en el complejo comercial del Cinemex Legaria, dirigirnos a las taquillas de las salas cinematográficas y armarnos con la correspondiente cubeta de palomitas de maíz, nos dispusimos a ocupar nuestros lugares y a disfrutar, llorar, sufrir y reir con los chistes (muchos de ellos, muy locales) del filme dirigido por Brett Ratner.

Ahora bien, he de decir que otro de mis amigos, el buen Isaako, fue a la premier del filme en cuestión (sí, al Auditorio Nacional) y me advirtió "no esperes mucho de la película". Y sin querer amargarle la sopresa a nadie, he de decir que tuvo razón... en cierta medida.

Como fan del comic que soy desde hace ya cerca de 17 años, he decir que el filme hace pedacitos la historieta. Es decir, para tratar de justificar mi punto de vista, en la película se mezclan las siguientes tramas:


De la saga de Days of Future Past toma un fragmento de historia en la que los X-Men están bajo el constante asedio de robots gigantes (léase, los Centinels); de Mutant Masacre toma los elementos en la que Storm (Tormenta, interpretada por Halle Berry) se enfrenta a la lider de un grupo de mutantes que viven en el mundo subterraneo y toma el liderazgo de los Hombres X.

De The Dark Phoenix Saga, toma a Jean Grey (Famke Janssen) resucitada en Phoenix, deseosa de emociones e incapaz de diferenciar el bien y el mal; del episodio de la serie animada: "la cura", retoma la idea de que hay una sustancia milagrosa para convertir a los mutantes en humanos ordinarios; en resumen, deja a la saga cinematográfica y la historieta, sin razón para continuarse.

Empero, eso no quiere decir que no me haya gustado esta secuela de la saga iniciada por el Trekkie, Brian Singer, sino todo lo contrario.

Hay, además de increíbles efectos especiales, varias sorpresas, como el ver, por fin, a Collosus (Coloso); Beast (interpretado magistralmente por Kelsey Grammer, mejor conocido por su papel de psiquiatra en la teleserie Frasier —gracias, Rich, por el tip—); a Iceman (Hombre de Hielo) transformar su cuerpo en lo que le da su nombre de batalla; a Shadowcat (Kitty Pride) en escena; a Multiple Man, Angel, Psylocke, Spike y otros tantos personajes más en unas cuantas tomas o simples cameos.


En síntesis, bien en el sentido de querer abarcar el Universo-X; mal por el desperdicio y la falta de profundidad en la psicología de los personajes, excepto, en Wolverine (Hugh Hackman), personaje del que ya anunciaron la filmación de un nuevo proyecto cinematográfico.

Lo que es indispensable es quedarse hasta el final de los créditos para observar la última escena que, a los que somos, usando terminología futbolera: "hinchas", nos hizo gritar y esperar nuevas emociones mutantes.

Q'aplá.


miércoles, 24 de mayo de 2006

¿A dónde creen que voy a ir hoy por la noche?

Efectivamente, voy a ir al concierto de Jamie Cullum en el Teatro Metropolitan. Para los amantes del jazz, les dejo este trascript de una entrevista que aparece hoy en el periódico Excélsior.

Jazz para las masas

Por Luisa Mario Rivera.

Jamie Cullum, el joven cantante y pianista británico de jazz-pop que hoy inaugura, en el teatro Metropólitan, el Festival de Jazz de la Ciudad de México, aseguró, vía telefónica desde su casa en Londres y previo a su concierto, que no le gusta definir la música que hace, ya que su compromiso es con el público, no con los críticos ni con los puristas.

“No me gusta definir mi música, las últimas personas en las que pienso al componer son los puristas, definitivamente no toco para los críticos sino para la gente. Trato de soprender al público con mis canciones, algunas personas que me escuchan no saben mucho de jazz, pero si de pop; a otras les gusta mi música porque hago jazz, pero no saben tanto de rock o pop.

Es interesante que te escuche gente de ambos lados de la reja”, explicó.Acerca de su participación como una de las estrellas musicales en el segundo Festival de Jazz de la Ciudad de México, que arranca hoy y culmina el 30, Jamie destacó estar muy emocionado y soprendido de debutar en nuestro país.

“Me interesa mucho participar porque podré escuchar a otros músicos tocar, es muy importante que haya festivales en ciudades con una tradición cultural tan importante como la de México, nunca creí que la música me llevará tan lejos”, advirtió el músico de 26 años, quien ganó popularidad con su tercer álbum Twentysomething (2004).

HISTORIAS DE BAR. El cuarto y más reciente disco del músico de Essex se titula Catching tales y precisó que lo llamó así porque las canciones, al igual que las fotografías, son relatos.“El nombre se refiere a muchas cosas, primero a un gran amor por la fotografía, soy un fotógrafo aficionado y creo que cuando tomas una foto atrapas una historia.

En este álbum las canciones son muy visuales, son casi como fotos, no son poéticas o difíciles de comprender”, aclaró el joven ejecutante.Cullum también dijo que el primer sencillo, en el que colaboró Dan The automator Nakamura (ex-dj del grupo virtual Gorillaz), es la canción de su nuevo álbum que más le gusta, porque representa lo que quiere hacer en general con su música.“Mis canciones favoritas cambian de un día a otro, pero Get your way es muy funky, con algo de jazz, algo de pop y la letra es muy sofisticada al principio, aunque a fin de cuentas se trata de tener de relaciones sexuales. Es una canción diferente y de contradicciones, eso es lo que intento hacer con mi música”, señaló.

Cullum, quien tocará al lado del guitarrista de Nuevo México, Raúl Midón, quien ha abierto gran parte de sus shows, comentó que en locales chicos aprendió a manejar al público.“Cuando tocas en bares y clubes pequeños debes aprender a conectarte con la audiencia, que no está ahí necesariamente para verte”, precisó el considerado enfant terrible del jazz.

DESTRUYENDO CLICHÉS. Es un hecho que mucha gente considera que el jazz es un género elitista y aburrido, Cullum se manifestó en contra de visiones tan simplistas como esta.“No es la verdad, quien diga que el jazz es aburrido demuestra una falta de conocimiento musical. Lo que yo estoy intentando hacer es traer lo que amo del jazz, es decir, la improvisación, la impredictibilidad y el groove al pop, es lo que lo hace interesante para mi”, expresó.

También el pianista habló de sus ídolos, entre los que citó entre otros a Miles Davis y Björk, por incursionar en otros géneros distintos al suyo.“Admiro a abridores de brechas como Miles Davis, antes de saber cualquier cosa del jazz o improvisación, escuché seis notas suyas y supe que me gustaba. También me encantan Herbie Hancock, Jimi Hendrix y artistas más recientes, como Beck y Björk. Son gente que cruza fronteras y géneros dentro de estilos populares, manteniendo a su público pero que hace trabajos artísticos bien logrados”, indicó.

Confesó que hace música de manera espontánea, sus shows están cargados de improvisación y los errores son parte del espectáculo, como ocurre con la naturaleza del jazz.“No tengo ni idea no hay planes, subimos al escenario y tocamos, hay muchos errores, a veces la cagamos, eso es lo que lo hace divertido”, manifestó.

Y he aquí mi boleto:

martes, 4 de abril de 2006

¿Quién será el valiente y solidario?


Mis más sentidas condolencias para los jugadores y seguidores del Cruz Azul.

Resulta ser que a nuestra orgullosa, honesta y valiente -suena al viejo lema de campaña del Peje- titular de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, Xóchitl Gálvez, se le ocurrió apostar con el gobernador de San Luis Potosí, Marcelo de los Santos, que sí en el partido entre Cruz Azul y el San Luis los primeros resultaban vencedores, el gobernador -no confundirlo con el góber precioso, please- tendría que construir un puente en alguna comunidad de la Huasteca, de esa entidad; en caso adverso, la funcionaria foxista sería la encargada de costear la construcción del mismo.

Y pues ¿qué creen que ocurrió? Los potosinos triunfaron 2-1. Por lo que Gálvez tuvo que apechugar y sostener la apuesta, y aprovechando la conferencia mañanera del vocero presidencial, lamentó que los del Cruz Azul perdieran, ya que "pudieron haber ganado y fallaron todo", así que le van a tener que ayudar "para que se les quite lo güeyes"; o bien, podría ir a la calle de Súllivan, lugar emblemático de la capital mexicana en el que por las noches se ubican sexoservidoras, dado que tiene "buena pierna", y de donde espera recuperar "buena lana". Además hizo extensiva la invitación a todos aquellos que quieran "ayudarla".

¿Algún voluntario?

miércoles, 15 de marzo de 2006

Hugo Chávez: zurdo entre los zurdos

¿ecuerdan el escándalo que se armó en el 2000 cuando nuestro actual Presidente Fox lanzó como imagen de su gobierno la hoy famosísima águila mocha en una flagrante violación a la Ley sobre el escudo, la bandera y el himno nacionales? ¿No? Entonces vean cualquier papelería o logo de oficinas de este "gobierno del cambio".

Afortunadamente, los legisladores del PRI, PRD, PT y PVEM evitaron que, el presichente llegara más lejos, ya que pretendía se aprobara un edicto para que, en cada evento al que asistiese, a su entrada y salida, se tocara como música de fondo ¡¡el himno nacional!!

Dicha idea foxiana, no crean que es nueva. El Presidente de los Estados Unidos de América tiene su propia marcha presidencial desde 1812 denominada "Hail to the Chief", la cual se usa para diversas ocasiones además de la ya mencionada.

En contraste, el Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, demostró que el poder de su mano izquierda -léase que es zurdo-, y de la izquierda venezolana también, sí pudo cambiar no sólo el nombre del país, sino también los símbolos patrios de esa nación.

La bandera de la hoy República Bolivariana de Venezuela -otro invento "bolivariano" de Chávez-, diseñada por Juan Crisótomo Falcón (1820-1870) constaba, hasta el 9 de marzo de 2006, de tres franjas horizontales: la amarilla, que simboliza "las riquezas del territorio"; la azul, que representa "el mar que separa la Venezuela de España" con siete estrellas, que a su vez, son "las 7 provincias originales que apoyaron a Simón Bolivar (1783-1830) y susbribieron en Acta de Independencia del 5 de Julio de 1811"; y la roja, que es "la sangre derramada por los patriotas en la Independencia".

Contenía además un escudo en el lado superior izquierdo que constaba de tres "cuarteles". El primero, el rojo, "contiene la figura de un manojo de espigas, como símbolo de la unión de los Estados de la República y de la riqueza de la Nación"; en el amarillo, "emblema del triunfo, figuran las armas: dos pabellones, una espada y una lanza entrelazados por una corona de laurel"; el último pabellón, y el más grande, el azul, contenía un "caballo indómito" galopando rumbo a la derecha, pero volviendo su cabeza hacia la izquierda, que "representa la independencia y la libertad de la nación"; arriba de éstos, yacen dos cuernos de la abundancia, y en sus partes laterales las figuras de una rama de olivo, a la derecha, y de una palma, a la izquierda, atadas por la parte inferior con una cinta que lleva los colores nacionales.

La Razón del cambio.
Según el propio Chávez, quien aseveró se puso a estudiar el tema "a conciencia" a raíz de que su hija Rosinés le preguntó "¿Por qué el caballo tuerce la cabeza hacia atrás?", el equino del escudo nacional originalmente corría hacia la izquierda "como debe ser"; en cambio, el otro, "no es venezolano, sino un imperial, dócil e infiltrado de la derecha oligárquica", por lo que pidió modificar urgentemente los símbolos patrios para que quedaran de la siguiente forma:


A la bandera nacional, se le añadió una estrella más (para llegar a 8) que, según los deseos de Bolivar, y explicado por éste en un decreto de 1817, se debía incluir a la provincia de Guyana en el símbolo patrio, y que no se había hecho hasta ahora.

Al escudo, en su cuartel rojo, de 20 espigas de trigo, pasó a 24, que represantan el número de estados del país; en el amarillo, se agregaron un arco, un carcaj y un machete, en reconocimiento a las armas de los indígenas y negros en sus luchas y labores; al azul, se cambio el galopar, por una carrera presurosa del corcel blanco hacia la izquierda; y finalmente, a los cuernos de la abundancia se les añadieron, en uno, la orquidea, que es la flor nacional; y al otro, frutas tropicales como el cacao.

Todos estos cambios fueron aprobados sin discusión ni debate por parte de la Asamblea Nacional -lo que aquí equivale a la Cámara de Diputados- y puestos en marcha el 12 de marzo (Día de la Bandera). Así que, en los próximos 5 años, gracias a esta reforma chavista, Venezuela deberá cambiar: papelería oficial, monedas y billetes, sellos postales, uniformes militares, libros de texto, la banda presidencial y el collar del Primer Mandatario, que en este 2006, buscará, por la vía de la democracia su reelección por cuatro años más... ¡Ah!, pero se le olvidó que en una democracia, el pueblo es el que decide, y al menos en el caso de los símbolos patrios, no se consultó ni se convocó a un referendum.

La historia: juez, verdugo y ejecutor mostrará, a su debido tiempo, las consecuencias de este tipo de decisiones personalistas basadas en la necedad de su bolivariana majestad, que a la usanza del general Antonio López de Santa Anna, busca convertir sus anhelos personales en ley.

Algunos sitios de interés (blogs) de venezolanos:
Terreno Baldío.
Liberal Venezolano.
Dreamer in Rebuiling.
PAFA.
Venezolano Puro.
Lobohombre Riera.






(Cartón de "Calderón", publicado en Reforma 15-03-2006).

sábado, 21 de enero de 2006

Zélary: Amor sin fronteras


"El amor es lo más parecido a una guerra y ésta es la única en que es indiferente vencer o ser vencido, porque siempre se gana".
-Francisco Benavente, dramaturgo español.

Innumerables son, pienso, los filmes que tratan la temática de un romance en medio de tiempos adversos como los de un conflicto bélico. Algunos han sido memorables como Casablanca (EU. 1942), o La Guerra y la Paz (War and Peace, EU. 1956); otros, bodrios como En el Emor y la Guerra (In Love and War, EU. 1996), o La Mandolina del Capitán Corelli (Captain Corelli's Mandolin, EU-Grecia. 2001); y también existen aquellos que pasaron sin pena ni gloria como Pearl Harbor (EU. 2001), o Amor Eterno (Un long dimanche de fiancailles, Francia. 2003), entre muchas otras.

Zélary, o Amor sin Fronteras es un largometraje que explota nuevamente esta temática, pero lo hace, no de una manera melosa y rimbombante como los melodramas norteamericanos, sino de una forma más cruda y sin los clásicos “pastelazo” y/o beso devorante antes de los créditos.

Esta cinta de origen checo fue nominada al Premio de la Academia de Artes Visuales y Ciencias (conocido vulgarmente como OSCAR) como mejor película extranjera en el año 2003, y no fue sino hasta el año pasado que llegó, de manera muy efímera por cierto, a las carteleras de los cines de nuestro país.

Sin embargo, la distribuidora Filmhouse, una de las que mayor número de filmes no-hollywoodenses saca al mercado mexicano, ha llevado al formato DVD este filme, y para sorpresa muy grata, lo encontré a la renta en un Blockbuster.

Basado en la novela de Kvìta Legátová, la cinta dirigida por Ondrej Trojan, se sitúa en 1940 en la entonces República Checoslovaca, ya para entonces ocupada por las fuerzas del Tercer Reich –se pronuncia Raij–, bajo este escenario, surgen los personajes de dos jóvenes: Eliska (Ana Geislerová) y su novio Richard (Ivan Trojan), quienes son enfermera y médico, respectivamente, pero además ambos pertenecen al movimiento de la resistencia a la ocupación.

Una noche, un hombre es llevado al hospital donde trabajan, y éste, además de requerir de una cirugía, también necesita de una transfusión, y claro, Eliska es la única con su mismo tipo de sangre.

Entonces la historia da un giro y encontramos a la protagonista sola ya que a su novio lo detuvo la Gestapo –la policía secreta de los nazis–, y para evitar que su destino sea semejante, algunos de sus amigos le cambian la identidad y la mandan a las montañas para ocultarla de una manera un tanto extrema, es decir, casándola con el paciente al que ella donó su sangre, Joza (György Cserhalmi), hombre de más de 50 años de edad, de modales y estilo de vida muy rústicos.

Para que se den una idea de la forma de vida, hagan de cuenta que la pareja vive en la cima de una colina, un lugar donde parece que el tiempo se ha detenido por más de cien años, y en una cabaña casi idéntica a la del abuelo de Heidi, pero eso sí, sin el glamour de las cabras saltarinas, los abetos susurrantes, el perro “Niebla” y los chiflidos del pastorcillo, Pedro.

–Para los que no recuerdan, o no quieren recordar, se trata de una caricatura japonesa, que fue transmitida muchas veces por canal 5, es más, hasta hubo un certamen de belleza infantil denominado “Niña Heidi”–.

Aquí es donde se centra lo medular de la trama. Comenzando con los primeros encontronazos de la protagonista con su nueva realidad, no sólo de refugiada, sino de pueblerina y de esposa de alguien a quien no conoce, y mucho menos ama; siguiendo con el dilema existencial de mantener un bajo perfil, o ayudar a otros con su profesión; y por si eso fuera poco, de tener que cocinar todas las noches, algo que, según se deja ver, le es materia desconocida. En otras palabras, todo un dilema digno del sheakespereano drama de Hamlet.

Todo esto me lleva de nuevo al epígrafe que coloqué al inicio de esta reseña. La afirmación que Benavente hace acerca del amor, puede ser cuestionada, pero aseverada.

Zélary es una película de amor, de amor ganado a pulso con el paso de los días, de honestidad, de los detalles, es decir, a aquellas pequeñas cosas de las que está hecha la vida y que el personaje de Joza "expresa sin flores" –como diría un amigo mío–, pero que se ganan el corazón de la que ya es, jurídicamente, su esposa.

Pero no sólo eso, ejemplifica también con singular realismo que el enamoramiento no es sólo aquella etapa de conquista y mariposas en el estómago; sino también cuando hay épocas de enfermedad, de carestía, de rencor cuando alguien falta el respeto a tu amad@, de tener un nudo en la garganta cuando las cosas no van bien o no salen como uno las planea… así como de felicidad cuando puedes hacer bien por primera vez aquel platillo que al amad@ le gusta, y de otras tantas satisfacciones, independientemente del tiempo que éstas duren.

Una escena que me parece inolvidable y me sigue produciendo mucha gracia, es la de una niña que va a la iglesia y le dice al sacerdote (Miroslav Donutil), con una certeza que sólo tienen los pequeños cuando encuentran el “hilo negro”, que si quiere ver la parroquia llena todos los domingos, debe remplazar esas insípidas hostias (obleas) por chocolates –Gracias a Dios que ya existen y que no hay que ser católico para disfrutarlas–.

Finalmente, las locaciones, increíbles paisajes y la mano a veces lenta del director hacen que te compenetres, no sólo con los personajes y la trama, sino también con la República Checa… algo que va más allá del encanto medievo-renacentista de Praga, la obra de Franz Kafka, o los compases de la ópera mozartiana Don Giovanni”.

FICHA TÉCNICA: Amor sin Fronteras (Zélary).
Dirección: Ondrej Trojan.
Intérpretación: Ana Geislerová, György Cserhalmi, Miroslav Donutil, Ivan Trojan.
Duración: 150 minutos.

Website oficial.